En base al actual movimiento estudiantil y social por la educación, creemos necesario sumarnos a la lucha que se está llevando adelante en todo el país y apoyar las diversas manifestaciones de organización autónoma que estudiantes secundarios y universitarios están realizando como formas de lucha contra la educación de mercado en liceos y universidades.
En términos históricos, la mercantilización de la educación llevada adelante por la Dictadura Militar, afianzada en los gobiernos de la Concertación y mantenida por el gobierno de Piñera, ha promovido un enorme crecimiento de instituciones educativas privadas que funcionan en base al lucro, enriqueciéndose sus propietarios por concepto de matrículas y aranceles en el mercado de la educación, y en un sector de las mismas, recibiendo subvención estatal de manera directa e indirecta. Las instituciones educativas dependientes del Estado, por su parte, están siendo sostenidas progresivamente por medio de la banca privada, de los aranceles y matrículas de los estudiantes, y del autofinanciamiento (cada institución genera los recursos que necesita), mientras que los recursos otorgados directamente por el Estado (aporte basal) sufre un constante declive, perdiéndose progresivamente el carácter público de la educación en todos sus niveles (básico, medio y superior).
Contra esta situación, año tras año los movimientos estudiantiles han luchado, convencidos de que es posible transformar la realidad de la educación en nuestro país, el único en el mundo que permite lucrar con fondos públicos y que privilegia la libertad de empresa sobre el derecho a la educación. Año tras año, a su vez, la nula voluntad política de los gobiernos y las burocráticas instancias de representación estudiantil, cooptadas por el interés indiscriminado de partidos políticos, han hecho naufragar al movimiento estudiantil, negando intencionadamente una verdadera transformación estructural en el ámbito de la educación.
Hoy en día, reconocemos la trascendencia histórica del actual movimiento estudiantil, en cuanto ha superado las instancias burocrático-partidistas de representación proyectándose como un movimiento social transversal e inclusivo, solventado en espacios de participación horizontales y democráticos, que promueven y favorecen la emergencia de instancias autónomas de lucha y reivindicación.
Es por eso que nos sumamos a las multitudinarias voces que no se conforman con reformas mínimas y luchan por una educación pública, gratuita, laica, democrática, pluralista e igualitaria.
Reconocen la importancia de una reforma constitucional que permita nacionalizar las riquezas básicas como el cobre, imponer un impuesto efectivo a las empresas transnacionales que explotan nuestras tierras, nuestros recursos y nuestra gente, y disminuir el aporte estatal a las Fuerzas Armadas (10% del PIB, mientras que la educación recibe cerca del 0,3% en concepto de aporte fiscal directo, AFD), con todo lo cual el Estado sería capaz de garantizar con creces una educación pública y gratuita para todos, en todos sus niveles. Cuestionan a la PSU como mecanismo de acceso a la Universidad en cuanto ha demostrado ser un instrumento discriminatorio de segregación hacia los estratos socioeconómicos más bajos de nuestra sociedad, y exigen pase escolar gratuito los 365 días del año, con uso efectivo en todas las regiones del país.
Pero el movimiento estudiantil no sólo se pone de pie y busca transformar la realidad de la desigualdad en la educación en el plano económico, también reconoce la importancia de luchar por la democratización de las universidades, colegios y liceos en base a la participación horizontal en los claustros, consejos de escuela, asambleas de apoderados en escuelas y liceos, y en las Escuelas, Facultades y Departamentos a nivel universitario; por medio de la Triestamentalidad en la toma de decisiones. El desarrollo de una cultura de participación democrática y horizontalidad conduce políticamente al ejercicio del Cogobierno, escenario social donde estudiantes, profesores, funcionarios y administrativos pueden participar de manera directa y participativa en la construcción colectiva del proyecto institucional.
Es por eso que reconocemos la importancia de la democracia y la igualdad en educación no sólo por medio de la gratuidad y el acceso garantizado para todos/as, sino también por medio de la erradicación de instituciones educativas autocráticas que permiten y validan el abuso de poder y la violencia por parte de las autoridades hacia estudiantes y funcionarios dentro de las universidades, liceos y escuelas.
En base a lo anterior y denunciando de forma específica los abusos observados durante esta coyuntura histórica:
- Reprobamos las lógicas autoritarias y represoras hacia los estudiantes al interior de las Escuelas de Psicología. Tiempo atrás denunciamos la expulsión de un estudiante de Psicología de la Universidad de Valparaíso por supuesta incompatibilidad médica con la carrera y apoyamos al movimiento estudiantil que logró su reincorporación y renuncia de la directora de Escuela. Hoy en día, denunciamos los insultos hacia la comunidad estudiantil del coordinador académico Andrés Leiva y las amenazas hacia los estudiantes movilizados por parte de Elisa Neumann directora de la carrera de Psicología de la Universidad Arcis de Santiago, en cuanto representan una nueva muestra de abuso de poder y violencia institucional hacia los estudiantes al interior de las Escuelas de Psicología.
- Del mismo modo, apoyamos y valoramos la autonomía de la organización estudiantil de la Universidad Arcis de Santiago, quienes se han sumado a la movilización nacional por educación pública y gratuita, a pesar de las presiones políticas de las autoridades universitarias y la agresión física de algunos estudiantes ligados al Partido Comunista, actitudes y conductas que se reproducen en distintas casas de estudio.
- Rechazamos la criminalización de la lucha estudiantil y denunciamos la complicidad de Fernando Montes, sacerdote jesuita y rector de la Universidad Alberto Hurtado, con la promoción y legitimación de la violencia histórica del Estado contra la autonomía del movimiento estudiantil, al promover la intervención de la fuerza policial para desalojar las dependencias de la Universidad.
Además reconocemos su absoluta responsabilidad en los hechos de violencia y de abuso de poder, como seguimiento, monitoreo y espionaje de la organización estudiantil al interior de la Universidad; y las agresiones físicas, insultos y malos tratos hacia los estudiantes, por parte de carabineros de Chile durante el operativo de desalojo.
- Rechazamos y repudiamos el abuso policial y la violencia con que las FFEE de carabineros ha incurrido en los desalojos de tomas de colegios y universidades, como en el mencionado desalojo de la Universidad Alberto Hurtado y el caso de la Universidad Central de Santiago, donde existen grabaciones de su accionar.
- Hacemos un llamado a rechazar cualquier medida institucional por parte del gobierno, liceos y universidades que denote abuso de poder hacia los estudiantes movilizados: sumarios y cancelaciones de matrícula, obligación de firmar cartas de compromiso por destrozos inmobiliarios, cierre de años curriculares y amenazas de repitencia de año lectivo, etc.
- Valoramos toda instancia de organización autónoma, legitimando las tomas como forma de autoorganización realmente democráticas que operan como espacios educativos y de autoformación, a la vez que se alzan como medio de protesta contra lo que nos oprime.
Es nuestra convicción continuar luchando contra el abuso y la criminalización de las legítimas demandas de la sociedad oprimida, así como apoyar la instauración de un sistema educacional público, democrático y gratuito que favorezca el desarrollo de una sociedad justa e igualitaria. Una vez más, es momento de estar presentes y ser partícipes en la construcción de una psicología al servicio de las luchas de los pueblos.
Organización Chilena de Estudiantes de Psicología (OCEP), zonal Santiago.
Centro de Estudios de Contrapsicología (CEC).
Santiago
Miércoles 29 de junio, 2011.
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